Google ha evitado las sanciones más duras en el prolongado caso antimonopolio estadounidense que apunta a su negocio de búsqueda, después de que un juez federal dictaminó que la compañía podía conservar su navegador Chrome y su sistema operativo Android. La decisión, dictada por el juez de distrito estadounidense Amit Mehta, puso fin a meses de especulaciones sobre si los reguladores presionarían para que se rompiera las plataformas más valiosas de la empresa.
El caso comenzó en septiembre de 2023, cuando el Departamento de Justicia presentó su histórica demanda alegando que Google mantenía ilegalmente un monopolio en las búsquedas en Internet. En agosto de 2024, el tribunal determinó que la empresa había violado la Sección 2 de la Ley Sherman al utilizar contratos y acuerdos de distribución para excluir a los competidores. El último fallo abordó las soluciones, y el Departamento de Justicia buscó medidas agresivas como obligar a Google a deshacerse de Chrome o Android. El juez Mehta rechazó esas propuestas, calificándolas de extralimitación más allá del alcance de las conclusiones del monopolio de búsqueda.
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En cambio, la sentencia se centró en las prácticas de distribución. Google ahora tiene prohibido celebrar acuerdos exclusivos que requieran que su motor de búsqueda sea el único predeterminado en dispositivos o navegadores. La empresa aún puede pagar a sus socios para que precarguen servicios como Search, Chrome o sus herramientas de inteligencia artificial generativa, pero esos acuerdos no pueden imponer la exclusividad. Esto afecta directamente a uno de los acuerdos más analizados en el caso: Google paga a Apple miles de millones cada año para seguir siendo el motor de búsqueda predeterminado en los iPhone. El fallo no prohíbe dichos pagos por completo, pero garantiza que Apple y otros socios sean libres de ofrecer opciones competitivas junto con la Búsqueda de Google.
Otro elemento clave del fallo es el intercambio de datos. Google debe proporcionar a sus rivales ciertos índices de búsqueda y datos de interacción del usuario en términos comerciales ordinarios. Esto incluye información necesaria para mejorar los servicios de búsqueda generales, como los datos de clics de los usuarios, pero excluye los conjuntos de datos publicitarios. Los reguladores argumentaron que este requisito es necesario para evitar que Google aproveche su enorme ventaja de datos para mantener el dominio.
El tribunal también amplió los recursos a la IA generativa. Los reguladores dijeron que el futuro de la búsqueda y la IA están estrechamente relacionados, y la decisión garantiza que Google no pueda replicar las mismas tácticas anticompetitivas en los mercados emergentes de IA.
Google dijo que está revisando la decisión y expresó su preocupación de que el intercambio obligatorio de datos pueda comprometer la privacidad del usuario. La compañía también señaló que la negativa del tribunal a ordenar desinversiones mostraba el reconocimiento de que dividir Chrome o Android habría ido más allá del foco del caso y habría arriesgado dañar a consumidores y socios.
El juez Mehta ordenó a Google y al Departamento de Justicia que se reúnan antes del 10 de septiembre de 2025 para finalizar los remedios. El fallo impone restricciones significativas a las prácticas de Google, pero permite a la empresa conservar el control de sus plataformas principales. El resultado señala un cambio en la aplicación de las leyes antimonopolio en Estados Unidos, donde los reguladores se centran en soluciones de conducta específicas en lugar de rupturas estructurales.
